BUENOS AIRES SIGLO XX

Contar la historia de un país, es contar también la de su gente. Para entender el presente es necesario repasar el pasado y eso es lo que intento a través de este blog, con un agregado personal, contar la historia de mi familia dentro del contexto sociopolítico de la Argentina. La historia debería ser leída desde la primera entrada, donde narro mi partida del país hacia Europa, el viaje justamente inverso que hiciera mi abuelo Francisco con una maleta cargada de sueños y la esperanza de un mañana mejor.

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domingo, 28 de septiembre de 2014

1946 PERÓN ES ELEGIDO PRESIDENTE, NACE UNA NUEVA ARGENTINA.

     Argentina se  encontraba a las  puertas  de un nuevo  gobierno que cambiaría para siempre no  sólo su carácter sino también a su gente. Perón, con  astucia, supo como potenciar su lado mas sensible acercándose al pueblo con medidas sociales que  le permitirían ganar las elecciones celebradas  el 24 de Agosto de 1946.  

     Nunca ocultó su admiración  por  el gobierno fascista de Benito Mussolini, al que definió como "un ensayo de socialismo nacional, ni marxista ni  dogmático". Perón se había casado en 1929 con  Aurelia  Tizón, trece años menor que él e hija  de  inmigrantes españoles  radicados en el mítico barrio de Palermo. Se conocieron  en los parques de este barrio en 1925 mientras ella pintaba cuadros y el cabalgaba. Aurelia falleció  trece años después de conocerse, en 1938, de cáncer de útero. Perón, con  42 años en ese  momento,  quedó muy dolido por su muerte y pidió a sus superiores  que lo enviaran a un  destino lo mas lejos posible de su Buenos  Aires natal. Fue así,  que lo destinaron a la  Italia de Mussolini como agregado  militar para la Embajada Argentina en Roma. A su regreso, en el año 1941, se convirtió en uno  de los referentes  mas destacados de una logia conocida como GOU (Grupo de Oficiales Unidos), de carácter nacionalistas y anticomunistas, brindando numerosas  conferencias sobre temas  políticos y militares. 

La carrera de Perón hacia la  presidencia tenía ya unos cuantos  años en su haber. El Coronel, que  había  nacido  en Lobos, Provincia de Buenos, el 8 de octubre de 1895, había  ingresado al  Colegio Militar de la  Nación a los 13 años, donde obtuvo el grado de subteniente de Infantería. Con el grado de teniente, participó en la represión de los  huelguistas de los  sucesos de la  Semana Trágica de enero  de 1919

Fue en 1930 cuando Perón accedió por primera vez a los entretelones del Gobierno y la cúpula militar, acercándose a  los  grupos cívico-militares  que prepararon el golpe contra el presidente  Hipólito Yrigoyen, apoyando  al  ala mas  moderada representada por el General Agustín P. Justo. En 1932, al  asumir la presidencia Justo, fue designado  ayudante de Campo del nuevo ministro de guerra.

Perón y Evita se casaron en 1945. Ese mismo año Perón fue destituido de sus cargos de la Secretaría de Trabajo y Vicepresidencia de La Nación y confinado en la Isla de Martín García.
Entonces mostró Eva su carisma y gran energía para conectar con los sectores nacionalistas del ejército afines a su marido y con los trabajadores que se habían beneficiado de las medidas sociales impulsadas por Perón desde su puesto.

La campaña de agitación social que emprendió culminó el 17 de Octubre cuando miles de trabajadores a los que ella llamó "descamisados" ocuparon el centro de Buenos Aires para exigir la libertad de Perón, en una de las mayores manifestaciones populares habidas en el país hasta entonces. Fue en ese momento cuando dio cuenta de la magnitud de su liderazgo con el pueblo trabajador y comprendió que era momento de presentarse a elecciones.

Francisco Paparatto, mi  abuelo, era parte de ese colectivo inmigrante que ayudaba en gran parte a apuntalar la economía de un país que desde principios de siglo se postulaba  como el grande de Sudamérica. Él y su familia, que posteriormente sería la mía, formaban parte de una clase trabajadora humilde que con esfuerzo lograban sobrevivir en un  país rico y extenso. Francisco rebuscaba esa moneda necesaria al mando de su taxi, recorriendo incansable las  calles  porteñas en busca de clientes. Sus ojos negros, fueron testigos de buena parte de la política argentina de principio de siglo, cuando llegó desde su Italia natal. Empujado por la crisis  europea y animado por sus familiares  ya emigrados  a Buenos  Aires, inició ese viaje que le cambiaría la vida, sin  saberlo se había alejado también del escenario de la Segunda  Guerra Mundial y de la mano dura de Mussolini. Ya en 1946, contaba con 43 años, casado  con Ana y dos hijos, Mariana, la que mas  tarde sería mi madre y Sabatino. Ana admiraba a Evita, quizás por su marcado apoyo a las clases mas  desfavorecidas y por la pasión que ponía en cada discurso. A Francisco no le gustaba Perón, quizás por la admiración que profesaba hacia el dictador italiano, para ese entonces ya vengado a manos de partisanos antifacistas junto a su mujer, Clara Petacci. Ambos mantenían un hogar humilde siempre con las esperanzas puestas en el mañana, porque el presente era incierto y el pasado, mejor olvidar. Y Perón Ganó, y Argentina cambió para siempre. Pero él no, él  no cambió nunca.

En lo político, el pensamiento de Perón era producto de múltiples influencias  que iban del nacionalismo católico, el falangismo español y el fascismo hasta el socialismo. En sus discursos de 1944 Perón planteaba la  necesidad de integrar al obrero como un consumidor y de esa manera alejarlo de la  influencia revolucionaria. Perón había organizado  sus  fuerzas partidarias con el Partido Laborista, sectores radicales  disidentes y conservadores mientras  que la oposición constituyó un frente electoral denominado Unión Democrática. Lo integraban la U.C.R., el Partido  Socialista, el Partido Demócrata Progresista el el Partido Comunista. A la unión Democrática la apoyaron La Sociedad  Rural, La Unión  Industrial, La Bolsa de Comercio y el embajador de Estados Unidos Spruille Braden. La candidatura de Perón fue apoyada  por los  sindicatos, por sectores militares y por la iglesia Católica.

En las elecciones de 1946, Perón se impuso obteniendo casi los dos tercios de la Cámara de Diputados, la mayoría de los puestos del Senado y casi todas las gobernaciones provinciales.
Al  asumir la presidencia elaboró un  plan quinquenal que intentó transformar la estructura económica del país fomentando la industria y estimulando el mercado interno. Paralelamente el estado peronista emprendía una importante política de estatizaciones acorde con una corriente mundial  en ese sentido. Pese a las buenas intenciones el peronismo no logró transformar la industria en la principal fuente de ingresos del Estado, cuyas divisas  seguían proviniendo de la exportación de granos y carnes. Una difícil situación internacional con mercados cerrados, el fuerte boicot norteamericano contra la Argentina y dos malas cosechas consecutivas obligaron a Perón  a replantear su política económica. En 1949, promediando su primera presidencia Perón convocó a elecciones para una Asamblea Constituyente. El amplio triunfo peronista permitió incluir en  el texto de la  Constitución la reelección  del presidente y los derechos del trabajador. Se establecieron también los  derechos del Estado sobre las fuentes de energía y el fomento de la intervención estatal en la economía. Esta reforma junto con  el voto femenino sancionada gracias al impulso de Evita llevarían a Perón a un amplio triunfo y a un segundo período de gobierno. 

María Eva Duarte, Evita para todos, tuvo un  papel fundamental no sólo  en la  vida  de Perón y en  la vida política argentina sino también en la  de muchos argentinos que la veneraban y la seguían con pasión. El fervor de sus palabras, su carisma y su pasado  humilde enamoraron al pueblo peronista. La figura de Evita fue tan importante que merece un capítulo aparte, un  capítulo acorde a su grandeza. 

Francisco y su familia, vivían en el barrio de Villa Devoto, en una  casa "chorizo", con  habitaciones a ambos lados de un interminable pasillo que desembocaba en  un gran patio central con  una enorme palmera. En el se reunía Francisco con  otro paisano italiano, ambos contaban anécdotas  sobre su lejana patria, algunas  eran ciertas y otras inventadas, sin embargo, eran tan graciosas que apenas  importaban  aquellos datos inciertos. Francisco tenía mas  hermanos, uno de ellos, Genaro, era el dueño de la casa donde vivía. Antonio, mucho mayor que él, Carmela y Mingo, estos dos últimos los que él mas quería. Mingo será muy importante en esta historia porque de él dependerá en gran parte el futuro de Francisco. Hermanos emigrantes, hermanos unidos que añoraban su tierra y sus  padres, a los que ya no  volvieron a ver jamás. Llevaban la pena de aquel que lo  deja todo atrás para empezar un vida nueva, pero la tranquilidad de vivir lejos de la guerra que mataba  a sus compatriotas. Sin embargo eran felices en su nuevo hogar, estaban haciendo historia, construyendo un país y al  mismo tiempo los  cimientos de una gran  familia , porque él fue el pionero, su sacrificio y su lucha no quedarían jamás en el olvido.

jueves, 6 de junio de 2013

El golpe del ´43 y la Era Peronista

Los militares y su "ajuste de cuentas".

El 4 de Junio de 1943 las Fuerzas Armadas derrocaron al presidente Ramón Castillo. El levantamiento militar designó Presidente de la República al General Arturo Rawson, quien debido a desacuerdos nunca llegó a asumir la presidencia y fue remplazado por el General Pedro Pablo Ramírez, quien asumió la presidencia en remplazo del general Rawson. Había sido Ministro de Guerra de Castillo y contaba con el respaldo del G.O.U (Grupo de Oficiales Unidos), logia militar que organizó y ejecutó la revolución de Junio del ´43.

Ramírez y Rawson 
El gabinete estaba integrado por nacionalistas, militares y marinos, en su mayoría del G.O.U. En un comienzo los radicales y algunos sectores de izquierda creyeron que el nuevo gobierno terminaría con el fraude entregando el poder a los civiles; al ver sus expectativas insatisfechas pasaron a la oposición.

Se adoptaron medidas de carácter autoritario: clausura de diarios, intervención a las universidades, detención de sindicalistas tildados de comunistas, disolución de los partidos políticos. En defensa de la moral cristiana se implantó la obligatoriedad de la enseñanza religiosa en las escuelas, se censuraron ciertas letras de tango y textos.

“La Era del fraude, ha terminado”.

El 27 de Octubre de 1943 el Coronel Juan Domingo Perón fue nombrado director del Departamento Nacional del Trabajo, luego convertido en Secretaría de Trabajo y Previsión Social. Desde dicha Secretaría se otorgaron conquistas sociales al trabajador.
Durante el gobierno militar se dio un decreto que puso en manos del Estado el control de la actividad sindical, éste fue derogado al asumir Perón la Secretaría de Trabajo y Previsión Social.
Perón el día de su
Asunción al cargo
  También en 1945 se sancionó una regulación de las Asociaciones Profesionales sobre el reconocimiento a éstos últimos; se dictaron estatutos a favor de ciertos gremios, se impuso convenios colectivos beneficiosos para los trabajadores y la C.G.T. se reconstituyó sobre la base de sindicatos adictos a Perón. Al concurrir al sindicato, los obreros pidieron obtener beneficios lo cual estimuló la afiliación.


Luego de asumir ambos cargos, Perón recorre el país, pronuncia discursos que se difunden obligatoriamente por todas las radios y toma contacto con los trabajadores. Especialmente importante es el discurso con el que inaugura, en la Universidad Nacional de la Plata, la cátedra de defensa nacional y el mensaje que dirige al país a fin de año, en el que acuña una de sus frases mas conocidas: “La era del fraude ha terminado”.

Una mala jugada de Ramírez nombra a Farrell presidente.

El neutralismo sostenido frente a la Segunda Guerra Mundial no podía ocultar su simpatía por el Eje, cuyo triunfo del gobierno de Ramírez juzgaba beneficioso para que Argentina se convirtiera en líder del Continente americano.  El gobierno de facto, presionado por Estados Unidos tiene que romper las relaciones con el Eje el 26 de enero de 1944, medida que le costó a Ramírez el cargo, al entrar en desacuerdo con Estados Unidos. 

El 1 de marzo de 1944 asumió la presidencia el General Edelmiro J.Farrell, dispuesto a abandonar el neutralismo si los sucesos bélicos preanunciaban el éxito aliado.
Edelmiro Farrell
El 27 de marzo de 1945, cuando ya se evidenciaba la derrota del Eje, el gobierno argentino le declaró la guerra a Japón y Alemania. Uno de los artífices de esta decisión, que provocó el desagrado de los nacionalistas, fue el Coronel Juan Domingo Perón, quien si bien había participado en el gobierno desde la revolución del ´43, acrecentó su poder durante la presidencia de Farrell.  Además del desempeño en la Secretaría de Trabajo sumó el cargo de Ministro de Guerra y de Vicepresidente de la Nación.


Mientras tanto, los argentinos siguen apasionadamente las últimas etapas de la Segunda Guerra Mundial, que ya se avizora como pérdida para el Eje, aunque ignoran que el final de la contienda será determinante en la política local. Y aunque los partidos políticos están formalmente disueltos, la actividad opositora crece en forma sostenida.

Francisco, mi abuelo y testigo de estas ajetreadas épocas, peinaba sus 41 años con una mano y con la otra conducía ágil su Ford Plymounth del mismo año por esas calles porteñas que ya las sentía suyas de tanta transitarlas. Llevaba casi veinte años en Argentina pero su acento italiano seguía firme en cada una de sus palabras. La Era peronista, no sólo significaba el cese de la Década Infame, sino también una victoria a favor de los trabajadores en una época de transiciones muy duras. Francisco no se detenía en los detalles de la vida política, no la entendía, él sólo entendía de pasajeros transportados y el dinero ganado a fin de mes. Francisco era un tipo de carácter recio, serio cuando era necesario y bromista por momentos. Un tipo de los de antes, de la mujer en la casa y el hombre trabajando. Pero si algo era mi abuelo, era un laburante y fiel testigo de aquellos tiempos políticamente convulsos. Sin embargo, a Francisco no le gustaba Perón, básicamente porque no le gustaban los militares, quizás, por el doloroso recuerdo de su Italia de Mussolini y la Segunda Guerra. Por lo contrario, Ana, mi abuela, adoraba a Evita.

Por culpa de un terremoto, Perón conoció a Eva.

El 15 de enero de 1944 a las 20:45, un terremoto destruye la ciudad de San Juan causando más de siete mil muertos, doce mil heridos y la virtual desaparición de la edificación constituyen el saldo del movimiento sísmico.
De inmediato, se organizan el socorro a los damnificados y el coronel Perón toma a su cargo la campaña solidaria que en pocas semanas logra recaudar más de doce millones de pesos. El gobierno promete que la histórica ciudad será reconstruida. y     Efectivamente así se hace aunque las tareas llevan varios años hasta su terminación. Es con motivo de la gran colecta que se realiza que Perón conoce a la actriz Eva Duarte, con quien establece una relación sentimental que pronto trasciende al público y, sobre todo, a sus camaradas del ejército que, en general, ven con disgusto ese romance.

Perón y Eva
A mediados de 1944 se sancionó el Estatuto del Peón Rural, que aseguró salarios mínimos, permanencia en el empleo y cobertura sindical a los trabajadores del campo.


1945. La rendición de Alemania y Japón y el fin de la guerra.
Este es un año decisivo, no sólo para Francisco, sino para todo el mundo en todos los aspectos. El año 1945 es el que marca el fin de la guerra, primero en Europa con la rendición de Alemania el 8 de mayo en Berlín, en el antiguo casino de zapadores e ingenieros del Ejército, en el cual, el Mariscal Keitel firmaba el documento con rostro grávido. 

Luego, se produce el lanzamiento de dos bombas atómicas, una, Litle Boy, sobre Hiroshima, el 6 de agosto de 1945 y otra, Fat Man, sobre Nagasaky el jueves 9 de agosto, lo que obliga a Japón a rendirse. Con estas medidas se da por terminada la Segunda Guerra Mundial y se abre una nueva etapa internacional que tiene hondas repercusiones en nuestro país.



El gobierno argentino, cuando declaró la guerra a Alemania y Japón en un gesto vergonzante, consiguió también algo indispensable para que nuestro país pueda firmar el Acta de Chapultepec e integrarse a las Naciones Unidas, el nuevo organismo internacional que en adelante velará por la paz mundial.  La oposición se torna más agresiva con el gobierno militar y especialmente con Juan Domingo Perón. Las universidades recuperan su autonomía y también se convierten en centros de oposición.  Acosado por todos los frentes, el Presidente de facto Edelmiro Farrell, levanta el estado de sitio en agosto, lo que permite grandes  manifestaciones opositoras. A fines de septiembre, un movimiento militar contra el gobierno es abortado en Córdoba, lo que le sirve como pretexto a Farrell para reinstaurar el estado de sitio, ocupar todas las universidades y practicar numerosas detenciones.


   El 9  de Octubre de 1945, la guarnición de Campo de Mayo le exige a Farrell el alejamiento de Perón de todos sus cargos (vicepresidente, Ministro de Guerra y Secretario de Trabajo). Los militares, molestos con el poder acumulado por este coronel populista que además se casaba con una actriz decidieron su destitución de dichos cargos. El presidente acepta y ordena la detención de Perón en la isla Martín García el 11 de octubre. Pero un inesperado movimiento popular avanza sobre Buenos Aires el 17 de octubre de 1945.


  La gente ocupa la Plaza de Mayo y exige la liberación de Perón ante lo cual el gobierno de facto decide trasladarlo al Hospital Militar Central en la Capital Federal. Las masas obreras exigieron a Farrell la presencia de “su” coronel, éste entonces, se vio obligado a ceder para calmar a la multitud. 

   Una vez en libertad, Perón habla desde la Casa Rosada anunciando su retiro del ejército y su lanzamiento a la acción política. Semanas mas tarde, después de su casamiento con Eva Duarte, se dedica a la creación del Partido Laborista. Esta agrupación y la disidencia radical, llamada UCR junta Reorganizadora, apoyarán su candidatura presidencial.

A fin de año, el gobierno sanciona el decreto 33.302 que establece un aguinaldo para todos los trabajadores, medida que algunos empresarios resisten si éxito. Además, sanciona un decreto ley por el que se extienden los beneficios de la jubilación y pensión para todos los empleados de comercio y afines. 

Mientras tanto, Estados Unidos, continuando con sus presiones sobre el gobierno militar, dispone la congelación de las reservas de oro argentinas y retira a su embajador en Buenos Aires, actitud que es imitada por los gobiernos de los otros países latinoamericanos, con lo que Argentina queda en un virtual aislamiento diplomático. Sin embargo, esta sanción no afecta la marcha de la economía, basada en la actividad de miles de pequeñas empresas que tratan de sustituir las importaciones que ya no llegan y las ingentes exportaciones de trigo y carne a los países aliados, lo que acumula créditos, por ahora bloqueados a favor de la Argentina.

     Argentina, había salido de la Década Infame y transitaba ahora la Era Peronista. Millones de personas se ilusionaban con la candidatura de Perón, el líder de masas obreras, capaz de movilizar a un millón de personas hasta la Plaza de Mayo y mandarlos a casa a descansar luego de un discurso que pasará a la historia en aquel 17 de octubre de 1945.

     Sin embargo, también se sucedían las primeras manifestaciones masivas anti-peronistas que fueron organizadas por el movimiento estudiantil bajo el lema de “abajo la dictadura de las alpargatas”, a las cuales, las manifestaciones obreras que apoyaban las leyes laborales que iba promoviendo Perón, contestaban “alpargatas sí, libros no”.

 Mientras tanto, Francisco, mi abuelo y mi excusa para narrar esta historia, iba construyendo la suya propia a base de trabajo duro y un sueldo que alcanzaba con lo justo, cuidando a su manera, de sus hijos y su mujer, Ana. Ni él ni nadie serían capaces entonces de imaginar los años venideros, pero lo cierto es que entre los años 1941 y 1946 la clase obrera industrial había crecido un 38%, pasando de 677.517 a 938.387 trabajadores. Francisco no pertenecía a esa clase obrera pero desde luego que indirectamente se beneficiaría.

El 8 de diciembre de 1945, la Unión Democrática reunía en un acto aproximadamente 300.000 personas.

     La figura referencial era Roque Saenz Peña y el lema del acto era: “Por la libertad contra el nazismo”. Cabe recordar que el embajador norteamericano Spruille Braden, en un documento (El Libro Azul) acusó al gobierno argentino y a Perón de nazismo y fue difundido en diarios. La Unión Democrática hizo suyas esas denuncias. La respuesta de Perón fue: “Braden o Perón”. Este dilema significaba la Unión Democrática y la injerencia yanqui por un lado o la defensa de los intereses nacionales, contra el imperialismo, de la mano de Perón.


Spruille Braden en Buenos Aires
Faltaban algunos meses aún para que Perón se convirtiera en Presidente de la República por primera vez y transformar la política y la vida de los argentinos para siempre, pero esa, sin dudas, es una historia que merece un capítulo aparte por lo que representó y representa actualmente para la sociedad argentina.

El País crecía a la par que sus fábricas, se modernizaba y soñaba con ser el mejor de Sudamérica. Era indómito, por momentos convulso pero exudaba arte y cultura por varios puntos de su extensa geografía pero especialmente en su Capital y en una de sus avenidas más famosas. Corrientes, esa avenida de neón, repleta de pizzerías, teatros y librerías que invitaban al entretenimiento ininterrumpido.

  Para Francisco, esa zona porteña era como un gran estanque lleno de peces y su taxi el señuelo. A su paso, las luces de la avenida teñían de colores su Ford Plymouth. 

  Para muchos, la noche iba muriendo en alguna copa de licor, en el inconfundible quiebre de un bandoneón o en alguna representación del Teatro Odeón. Francisco, sin embargo, merodeaba la gran avenida a la espera de devolverlos a la realidad, aunque sólo sea por una noche más.



jueves, 14 de febrero de 2013

Francisco Paparatto, mi abuelo, el italiano


Francisco Paparatto
Francisco Paparatto era mi abuelo, al que casi no conocí, un tipo italiano con mucho carácter y muy trabajador. También es la excusa para escribir este blog, ya que ochenta y dos años después de que él atravesara todo el océano hasta llegar a la Argentina para buscarse la vida, he debido hacer el mismo viaje pero a la inversa, claro, salvando las distancias. Él lo hizo en barco y yo en avión. Esa sensación de estar dejando atrás todo lo conocido para llegar a tierras extrañas me hizo ponerme por un momento en la mente de mi abuelo. ¿Qué pensaría durante su largo viaje a Sudamérica, cuando apenas tenía 17 años? ¿Que expectativas tenía él y que miedos lo alejaban de su Italia natal? Atrás dejaba a  sus padres y una hermana, a los que jamás volvería a ver ni hablar, salvo alguna carta de pocas líneas. Había nacido en 1903 en Joppolo, Calabria. ¡Estamos hablando de otro siglo! Nació en una familia de obreros. Tuvo que asistir, cuando ya era un adolescente, a la partida de algunos familiares rumbo a América del Sur. Quizás en esos momentos nunca imaginó que algún día él también partiría. Buenos Aires sería su destino. 

Francisco y su taxi
Contar la historia a través de los ojos de mi abuelo es contarla desde su sacrificio, su persistencia, sus miedos y su valentía para afrontar lo desconocido. ¿Quién mejor que un taxista para conocer el sentimiento de un pueblo? ¡Imaginemos cuantas personas ha transportado en el asiento de atrás de su taxi! ¿Cuántas historias habrá escuchado y cuántas habrá tenido que callar? Francisco paraba diariamente a descansar en un bar de Paternal, en Francisco Acuña de Figueroa y Córdoba donde se juntaban muchos "tacheros" que entre café y café solucionaban los problemas del país, ¡como no!

Ana Ragadali
Francisco se casó con Ana Ragadali, mi abuela, en enero de 1939, un casamiento designado con antelación por los padres de ella. Francisco le llevaba a  Ana quince  años. Cuando se casaron él tenía treinta y cinco años y ella 20. Ana nació en 1919 en Catanzaro y cuando llegó a Buenos Aires, a los doce años fue  con sus padres a vivir a una casa de inquilinato, en La Paternal. Las familias se conocían, se juntaban, todos habían llegado de Italia y eran tiempos difíciles donde había que trabajar sí o sí y a las mujeres había que "colocarlas". Apenas se casaron se fueron a vivir a lavallejas y Gascón, en Palermo viejo y más tarde a la casa de los padres de Ana, Anunciata y Roco, en el barrio de Devoto. 

Mariana y Sabatino
Francisco, siempre taxista, tuvo dos hijos, Mariana (mi madre) y Sabatino, mi tío. Sabatino nació el 27 de Noviembre de 1939, ocho meses después de que se casaran. Mariana, mi madre, nació el 18 de abril de 1942. Francisco y Ana formaron una familia y juntos atravesaron años muy complicados pero lo mejor es que su vida transcurrió lejos de las Guerras Mundiales que se libraban en Europa.

Francisco y yo
Los ojos de Francisco se cerraron para siempre a sus 73 años.  Una noche del año 1976, casi sin darse cuenta, un ataque al corazón repentino le arrancó un suspiro casi inaudible, seco, fulminante. Francisco dejaba este mundo pero también dejó historias, anécdotas y enseñanzas. No tuve la suerte de tener conversaciones interesantes con él, sólo tenía seis años, casi ni recuerdo su mirada, pero cada foto suya, cada historia narrada, me ayudaron a darme cuenta de lo valioso de su existencia. Muchas de sus experiencias fueron contadas y muchos se fueron con él.

Ana, sin embargo, siguió su vida, con sus hijos ya casados ejerciendo más de abuela que de madre. Sus impresionantes ojos verdes  era lo que más me gustaba de ella. Por momentos parecían reflejar sus vivencias, sus angustias pasadas, su sacrificio y por momentos, cuando veía a sus nietos desbordaban alegría. Un caluroso 25 de diciembre del año 1991 un pico de presión le produjo una hemiplegia postrándola en una cama con medio cuerpo inmóvil. No podía hablar ni mover la mitad de su cuerpo. Sus ojos eran su única manera de comunicación. Te miraba fijamente, como queriéndote decir algo, como dando las gracias o como una anticipada despedida. Triste final para una mujer que luchó como una leona para sacar a sus hijos adelante a pesar de las circunstancias. Pocos meses más tarde, en una clínica privada que curiosamente llevaba su nombre, Santa Ana, con su cuerpo con escaras por la espalda y una gran tristeza dibujada en su rostro, dejó este mundo a los 72 años,  para unirse a él, a Francisco, su compañero de toda la vida.

En honor al sacrificio de ambos, al desarraigo forzado, al apellido legado y en vuestra memoria les dedico este blog y cada palabra que en él habita.


Gustavo Martín Benedetti Paparatto
Administrador de Buenos Aires Siglo XX

viernes, 19 de octubre de 2012

Año 1938. Roberto M. Ortiz presidente. Marcelo T. de Alvear oposición.

 El fraude electoral proclama a Ortiz presidente. Alvear es derrotado por La Concordancia de Justo.

                Eran tiempos difíciles para la política, aquellos de 1937. Se iba diluyendo el gobierno de Agustín P. Justo, iba viendo el final de sus días en una Argentina de pactos y disidencias, de sobornos y de enfrentamientos mortales. Sin embargo, La Concordancia, esa alianza política argentina formada en 1931 por el Partido Demócrata Nacional, la Unión Cívica Radical Antipersonalista y el Partido Socialista Independiente, ocupaba todo su tiempo en intentar seguir gobernando el país, esta vez con su nuevo candidato, Roberto M. Ortiz.


            Fue precisamente Agustín P. Justo quien organizó La Concordancia para sostener su candidatura a presidente en el año 1931, apoyado por la dictadura de José Feliz Uriburu. También organizó la proscripción de los candidatos de la Unión Cívica Radical, el uso del fraude electoral masivo y la violencia política sistemática.


            Pese al desprestigio de Marcelo T. de Alvear, éste representaba el principal obstáculo a la continuidad de La Concordancia. Junto con el santafesino Enrique Mosca, ambos radicales, éste último gobernador de Santa Fé entre los años 1920 a 1924, recorrían el país asegurando que ni siquiera el fraude podría detenerlos. Ambos eran candidatos a Presidente y vicepresidente, respectivamente, como alternativa  a La Concordancia de Ortiz.
          Las elecciones se realizaron el 5 de septiembre de 1937, en las cuales los incidentes con muertos y heridos y la intervención policial contra fiscales de la oposición fueron frecuentes. Varias provincias estaban intervenidas, entre ellas Catamarca, al frente de la cual Justo había colocado al ultranacionalista y filonazi Gustavo Martínez Suviría. Aun así, la victoria fue para los radicales en la ciudad de Buenos Aires, Córdoba, La Rioja y Tucumán pero las cruciales provincias de Buenos Aires, Mendoza y Santa Fé quedaron en manos de La Concordancia, que consagró a Ortiz como presidente y a Ramón Castillo como vice.

Francisco Paparatto

            Francisco, aquel inmigrante italiano llegado a estas tierras  en 1920, buscando trabajo y siguiendo los pasos de su familia, fue testigo  de todos estos hechos. Su relato sobre los mismos fueron como un libro con final abierto y aportaron esa visión distinta, la de un hombre sencillo detrás del volante de un taxi, que recorría Buenos Aires y se empapaba de su cruda realidad.  Al ritmo de un tango melancólico, se abría paso a través de una Avenida Corrientes desvelada, entre luces de Neón y una marabunta de peatones apurados. La mítica Avenida que había comenzado a ensancharse en 1931 vio concluido su nuevo aspecto en 1936. Francisco, aquel italiano devenido en porteño presenciaba como Buenos Aires se jugaba su futuro en unas urnas teñidas de fraude.

Ortiz asume la presidencia.
                Roberto Marcelino Ortiz, asumió como presidente de la República Argentina el 20 de febrero  de 1938 con cincuenta y dos años.


 Fue el primer civil en ocho años en revestir la banda presidencial. La fórmula Ortiz-Castillo consiguió 1.100.000 votos y la formada por Alvear-Mosca 815.000. Estos resultados fueron la evidencia de lo que se conoce como “El fraude patriótico”, así lo describió Federico Pinedo, años después: “los procedimientos que se usaron en estos comicios hace imposible catalogar estas elecciones entre las mejores ni entre las buenas ni entre las regulares que hubo en este país”.  La violencia en torno a los comicios fue tal matones armados impedían votar a los que se conocían como simpatizantes opositores, mientras que a aquellos que  no se conocían sus preferencias se les obligaba a “cantar” el voto. En algunos comicios, se interrumpía el acto antes de la hora de finalización y se producía muchas veces “vuelco de urnas”, transgrediendo el resultado de los cómputos. La policía no estuvo ajena a estas maniobras fraudulentas, que llegó a cobrar algunas vidas.

            En términos económicos, cuando Ortiz asume la presidencia, la crisis  ya había disminuido, había un peso fuerte (el dólar estaba a 3.80 pesos), la desocupación iba en baja y la industrialización aumentaba. Ortiz continuó con obras que se iniciaron con la gestión de Justo: la construcción de la Avenida General Paz y una ruta a Mar del Plata entre otras.


Ortiz Intentó sin éxito impulsar reformas que permitiesen establecer un régimen democrático, quiso desmantelar el aparato montado por Agustín P. Justo. Hijo de padres españoles, ex estudiante de la Universidad de Buenos Aires en la cual se recibió como abogado en 1909 y miembro del partido Radical hasta 1925, de la cual se separó para formar con otros radicales la Unión Cívica Radical Antipersonalista. Ortiz formó parte de la Unión Cívica Radical que cuestionó a Marcelo T. de Alvear por sus actitudes autoritarias.

            Durante su gobierno se realizaron reformas en la administración de la justicia y la enseñanza y cultura en general. Se llevó a cabo con la adhesión de todo el país y América, la  conmemoración del cincuentenario de la muerte de Sarmiento, se creó la Universidad Nacional de Cuyo, la Comisión de Ayuda Escolar, la comisión Nacional de Museos, monumentos y lugares históricos y el Museo Histórico Sarmiento. Ortiz estaba decidido a encarar una política destinada a terminar con el fraude y la corrupción política que caracterizaron a la Década Infame por lo que intervino algunas provincias en las que se había viciado la validez de los comicios.

            En 1938, en la ciudad de Lima, se reunió La Conferencia Panamericana en la cual se debatió la política a seguir en caso de una eventual guerra europea. En esa reunión triunfó la tesis argentina sostenida por nuestro canciller José María Cantilo en favor de la neutralidad. Al estallar la guerra, al año siguiente, el país mantuvo su posición neutralista en otro Congreso realizado en Paraná.

1939. La Segunda Guerra Mundial.
Había comenzado la madre de todas las guerras, la más importante del siglo XX, donde perecieron varias decenas de millones de personas. La primera guerra en la que hubo más bajas civiles que militares. Comunidades enteras, como los judíos europeos, fueron exterminados en campos de concentración Nazis. La Segunda Guerra Mundial fue un conflicto entre ideologías y sistemas  políticos y económicos diferentes: el fascismo contra la democracia. El peligro fascista provocó una extraña alianza entre los países democráticos (Inglaterra, EEUU) y la URSS comunista.

Inicio de la Segunda Guerra Mundial: invasión
a Polonia.


            Francisco, lejos de aquella Europa en guerra, fuera del alcance del fascismo de Benito Mussolini, no podía dejar de pensar sin embargo en sus padres y amigos, los que había dejado en su Italia Natal. Sus días de felicidad en aquella bohemia y siempre cambiante Buenos Aires se volvían amargos con cada noticia sobre los avances de la guerra. La incertidumbre sobre el bienestar de su familia le arrugaba el corazón y le dejaba un nudo en la garganta difícil de digerir.  En su taxi atravesaba las calles porteñas en busca de pasajeros. Un tango sonaba en la radio, acompañaba  a Francisco en su paso por esa ciudad infinita. La Guerra, pensó, ese maldito invento del ser humano para conquistar a otros le lastimaba el alma aún sin verla de cerca.

Ana Ragadalli, mujer de Francisco
            Sin embargo, 1939 era un año especial para Francisco. En enero, se casaba con Ana, también italiana pero mucho mas joven que él. Francisco contaba con 35 años y Ana con tan sólo 19. Francisco conoció a su futura esposa, mi abuela materna, por contactos de la familia y su casamiento fue “arreglado” por los familiares de ambos, algo muy usual por la época.
 El nuevo hogar de Francisco y Ana  sería una vieja casa en Lavalleja y Gascón, Palermo viejo, en la capital de la provincia de Buenos Aires. En Noviembre del mismo año nacía su primer hijo, Sabatino.

Hitler y Mussolini instantes después de firmar el
Pacto de Acero

 El 22 de mayo de 1939, la Italia del Duce Benito Mussolini y la Alemania de Adolf Hitler firmaron el Pacto de Acero, por el cual ambos países formaron una alianza político-militar. Este sirvió posteriormente para intervenir en Francia y Grecia en 1940. Cuando entraron al conflicto Francia y Reino Unido, Mussolini decidió interrumpir dicho pacto. Un año después, con una Francia derrotada, El Duche revalida el acuerdo que perdurará hasta 1943. El fascismo del siglo XX no puede entenderse sin la figura de estos dos dictadores.

Franco, dictador español, entregó a Hitler una lista con
6.000 nombres de ciudadanos judíos radicados en España
para "colaborar" con la causa del asesino alemán. ¿O lo habrá
hecho para que Hitler no invadiera España?


Lisandro de La Torre se quita la vida.

Lisandro de La Torre

            El 5 de Enero de 1939, otro suceso trágico sacude a la sociedad argentina. Se suicida Lisandro de La Torre. El que fuera fundador del Partido Demócrata Progresista en 1893, diputado Nacional, candidato a la presidencia de la República en dos oportunidades, además de Jurisconsulto, y escritor argentino, dejó una carta a sus amigos para explicar que su decisión de debe al hastío que le produce la degradación de la vida política. Lisandro de La Torre era considerado como un modelo de ética en la política.
            Mientras tanto, Ortiz sigue dando pasos para cambiar las prácticas electorales.  Decreta la intervención de la provincia de San Juan luego de unas elecciones particularmente violentas, en las que ganan los conservadores. El conservadurismo ya ve al presidente como su enemigo.
            La Segunda Guerra Mundial se deja sentir de cerca, el 13 de diciembre, cuando cruceros británicos se enfrentan al acorazado alemán Graf Spee, el cual se refugia en Montevideo y es dinamitado por su comandante. Sus 1039 tripulantes llegan a Buenos Aires el 18 de diciembre. Su comandante, Hans Langsdorf, se mata de un balazo poco después de llegar a la capital Argentina.
            Raúl Escalabrini Ortiz, quien fuera considerado junto con Arturo Jauretche, precursor del revisionismo histórico y del pensamiento profundo en torno al “ser nacional”, además de  periodista de La Nación, El Mundo y Noticias Gráficas funda el diario Reconquista.

1940. Ortiz interviene Buenos Aires.
                Ya en 1940, Ortiz, en su búsqueda de un régimen democrático, no duda en intervenir la Provincia de Buenos Aires, gobernada por el célebre caudillo conservador  ManuelFresco, luego de unas elecciones legislativas fraudulentas en febrero de ese año, impidiendo la asunción como gobernador de Buenos Aires de Alberto Barceló. Igual medida había adoptado al intervenir la provincia de Catamarca al denunciarse irregularidades electorales que beneficiaban a los conservadores.  Fresco había llegado al gobierno en 1935 y desde su asunción había llevado a cabo, entre otras cosas, la creación de una policía militarizada, la persecución a la oposición y la imposición de la enseñanza religiosa en las escuelas. El gobernador imitaba el saludo fascista y se manifestaba a favor de Hitler y Mussolini.

Manuel Fresco

  Durante este período estalló el denominado "escándalo de la venta de tierras del Palomar", consistente en la denuncia de una venta de tierras destinadas a la ampliación de la base militar ubicada en esa localidad de la Provincia de Buenos Aires por un intermediario, a precio sobrevaluado a fin de que los beneficios, una vez pagados los verdaderos propietarios, fueran repartidos entre funcionarios del Ministerio de Guerra. La suma había sido aprobada en el presupuesto del Ministerio de Guerra por el Congreso, previo pago de sumas de dinero a diputados radicales y al presidente de la Cámara de Diputados y de la Comisión de Presupuesto. Esta denuncia fue fogoneada por el senador conservador, Benjamín Villafañe, y descubierta por el ex gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Manuel Fresco, quien actuaba movido por el rencor como consecuencia de la intervención decretada por Ortiz a su gobierno. La denuncia ponía en tela de juicio la política moralizadora de Ortiz, pues éste había firmado el decreto autorizando concretar la operación de compra de las tierras a petición del Ministro de Guerra, el general Carlos Márquez.
Esta denuncia en su contra, impulsada por Villafañe mas la muerte de su mujer, con la que tuvo tres hijos,  en abril de 1940 dinamitaron la moral del presidente y se mantuvo recluido en su departamento  varias  semanas. Su salud empezó entonces a caer en un pozo. El 20 de Junio fue a un acto por el recién instaurado Día de la Bandera y contrajo una fuerte gripe, que junto a su diabetes, la que padecía desde antes de asumir en su cargo, lo obligaron a tomarse una licencia. Esta enfermedad lo dejaría totalmente ciego tiempo después.  Ramón Castillo asumía en forma provisional la presidencia. El negociado en la venta de los terrenos hizo que Ortiz presentara su renuncia desde su domicilio, en agosto de 1940. No obstante, La Legislatura rechazó la renuncia con un aplastante 170 a 1. El único voto a favor fue del senador Matías Sánchez Sorondo.

Afectado por la diabetes, renuncia Ortiz.
En febrero de 1941, Ortiz, en cama, publica un manifiesto en el que afirma su postura en contra del fraude y sostiene las posibilidades de reasumir en sus funciones. Ante esto, una comisión formada por el Senado evalúa el estado de salud de  Ortiz con resultados negativos y decide que no puede reasumir la presidencia en su estado.  En el comienzo del verano del 41, Estados Unidos, a través de su Departamento de Estado, envía a la Argentina al prestigioso oftalmólogo español Ramón Castroviejo para que evaluara la salud del presidente. Estados Unidos estaba interesado en que Ortiz retomara en sus funciones ya que no estaba de acuerdo con el neutralismo de Castillo. El oculista español llegó al país en mayo, tiempo después llegó a la conclusión de que su enfermedad era irreversible y fue así como en Junio de 1941 Ortiz presentó su renuncia a la primera magistratura. Un año después, el 15 de Julio de 1942, el presidente moría a causa de una afección cardíaca. Su muerte, junto a la de Marcelo T. de Alvear también en 1942 y la de Agustín P. Justo en 1943, marcaría un fuerte vacío en la política argentina.

Ramón Castillo, derrocado por el ejército.
Ramón Castillo
Ramón Castillo gobernó el país, entonces, hasta 1943 pero es en 1942 cuando con sus decisiones marcaría su destino final. Su posición de neutralidad ante la Guerra europea convirtió en indeseable al país frente a los vecinos latinoamericanos que dependían económicamente de Estados Unidos. Comenzó así a deteriorarse la relación comercial con estos países hasta llegar casi a un punto muerto. Pero la situación se agravó aún mas con la declaración de Guerra de Brasil en agosto de ese año y frente a este hecho, ciertas autoridades militares comenzaron a recomendar al gobierno una conciliación con Estados Unidos. Lo más grave fueron la falta de combustibles y productos industriales como consecuencia de las regulaciones comerciales impuestas por el Departamento de Estado del país norteamericano. A mediados de 1942 comenzaron  a notarse sus consecuencias sobre la actividad económica y el nivel de vida de la población argentina con el aumento de los precios de los artículos importados, la escasez de papel que obligó a las empresas periodísticas a reducir el tamaño de sus diarios y la falta de combustible que afectó a los hogares y los locales de oficinas.

Pero Castillo no varió su actitud. Cuando en Septiembre, La Cámara de Diputados argentina adoptó una moción de ruptura  en las relaciones con los países del Eje (Alemania, Italia y Japón, quienes firmaron un pacto tripartito en la Segunda Guerra Mundial), el presidente sostuvo que las relaciones exteriores de la República competen al Poder Ejecutivo. Argentina seguía manteniendo su neutralidad a pesar de que sus buques, con bandera nacional, Victoria y Río Tercero, que transportaban suministros a EEUU e Inglaterra fueran atacados por submarinos alemanes. 
Buque Victoria en uno de susviajes a Europa

Al mismo tiempo es descubierta una red de espionaje alemana en La Plata, capital de la Provincia de Buenos Aires, que informaba sobre los embarques de alimentos a Gran Bretaña.
Debido a los embarques de alimentos hacia su país, los ingleses eran mas tolerantes con la Política Internacional argentina y su neutralidad en el conflicto ya que sabían que dependían de Argentina para subsistir. Lo que irritaba a Washington era la falta de sumisión y apoyo político a todas las iniciativas que surgieran de la Casa Blanca. Por sugerencia de Washington se realiza en Junio de 1942 un oscurecimiento que crea un ambiente de guerra y temor, al quedar la ciudad en tinieblas. Para colmo, el invierno de este año, pasó a la historia como uno de los más crudos de la historia.

Construcción de Avenida General Paz
a la altura de Av. Rivadavia
Durante su presidencia se creó la Flota Mercante Nacional y se nacionalizó el puerto de Rosario y el ferrocarril del Estado (hoy General Belgrano), se terminó de construir la Avenida General Paz y Fabricaciones militares. Castillo mantuvo la neutralidad en la guerra europea pero no estaba de acuerdo, como Ortiz, en las reformas de la vida política nacional. En esta etapa, se sucedieron las denuncias de corrupción que involucraban a ministros de la Nación y otros funcionarios, que provocaron incluso la disolución del Consejo Deliberante de la ciudad de Buenos Aires.  Frente a la revolución presidencial, el oficialismo apoyó la candidatura del conservador Patrón Costas, un poderoso terrateniente del Interior del País y dueño de una de las más grandes azucareras argentinas. Se decía que sus trabajadores vivían en un régimen de casi esclavitud. La oposición, integrada por Radicales, Socialistas, Demócratas progresistas y Comunistas, intentaban una coalición para evitar el regreso de los conservadores al poder.
La Convención de La Concordancia conservadora-antipersonalista que lanzaría la candidatura de Robustiano Patrón Costas debía reunirse el 4 de  junio de 1943, fecha en la que estalló la revolución encabezada por el general Arturo Rawson
El Gral Rawson y el Gral. Ramírez
luego del Golpe de Estado a Castillo

La candidatura de Patrón Costas representaba el fraude y la corrupción de los años 30, motivo que desencadenó la intervención del ejército.
            El derrocamiento de Castillo contó también con el apoyo de los Radicales y de Estados Unidos que presionaba para que Argentina tomara una postura mas clara con respecto a la guerra. Durante 1942, Estados Unidos había lanzado una campaña que calificaba al gobierno argentino de fascista y favorable al Eje. Las acusaciones se basaban en las subvenciones que la embajada alemana otorgara a sectores de la prensa argentina y a los tratos de Argentina con algunas firmas alemanas. En aquellos años circulaban rumores de una inminente invasión desde Brasil lo mismo que un proyecto de invasión de Comodoro Rivadavia por marines norteamericanos.

Juan Domingo Perón y el GOU.
Juan Domingo Perón


El ejército, convencido de la necesidad del golpe estaba dividido acerca de que actitud tomar después. Una facción, la de mayor número y jerarquía se inclinaba por un gobierno de coalición de tendencia liberal, como Ortiz, y un acercamiento a los norteamericanos. Otra facción, integrada por nacionalistas, optaban por resistir la presión norteamericana y conservar la neutralidad, armar a La Nación. Dentro de este grupo operaba el GOU (Grupo de Oficiales Unidos), una logia compuesta por oficiales relativamente jóvenes en la mitad de la jerarquía castrense. Este organismo, creado en 1943 se reunía en secreto y sus objetivos nunca fueron claramente dilucidados. 

Sus ideas predominantes eran el anticomunismo y la soberanía económica. Formaban el grupo tres coroneles en actividad: Miguel Montes, JuanDomingo Perón y Emilio Ramírez, unos trece tenientes coroneles, dos o tres mayores y un capitán.
La división del ejército era evidente y sólo el prestigio del General Rawson logró unir a los sectores del mismo más la Marina para derrocar a Castillo. Al asumir Rawson formó un gabinete heterogéneo y en su mayoría civil que no conformó a nadie.  A los tres días del golpe, Rawson fue depuesto. A las 3:35 hs. de la madrugada del miércoles 7 de junio, el General Rawson se dirigió a las fuerzas Armadas en un comunicado, haciéndoles saber que por diferencias en la Constitución del Gabinete, presentaba su renuncia. El General Pedro Ramírez, Ministro de Guerra de Castillo asumió el mando. Su nombramiento fue bien recibido en Washington mientras aumentaba la inquietud en la embajada alemana en Buenos Aires. Sin embargo, la política seguida por Ramírez contradijo esas expectativas. La experiencia del General Ramírez fue más prolongada que la de su precursor, pero en todo caso fugaz, ya que debió renunciar el 24 de febrero de 1944.

Por el año 1943, Francisco, ya tenía otra hija, Mariana, nacida el 18 de abril de 1941, quien muchos años mas tarde se convertiría en madre de quien ahora escribe estas líneas.
Mariana y Sabatino,
hijos de Francisco








Francisco seguía conduciendo su taxi, no el mismo claro, el paso de los años lo obligaban a modernizarse, al igual que Buenos Aires. Ahora conducía un enorme y flamante Ford Plymouth del ´41.
 Aquella ciudad porteña, la que lo había cobijado en 1920, había cambiado mucho su aspecto.
Publicidad Ford Plymouth 1941

El crudo invierno de 1942 y la escasez de combustibles como castigo por parte de los norteamericanos por  la neutralidad adoptada por Argentina en la Segunda Guerra Mundial  habían hecho que Francisco no la pasara tan bien como en años anteriores. La Batalla de Leningrado la vivió como toda la sociedad argentina: apasionadamente. Pero él, siendo italiano, con un gusto amargo por ver a su querida Italia, del bando equivocado. Se alegraba, sin embargo, por haber subido a aquel barco que lo llevaría muy lejos de la crisis y la posterior guerra europea.

Se encontraba ahora en el país que se consideró desde 1880 hasta 1930, el granero del mundo, ya que enviaba alimentos a una Europa quebrada gracias a su producción agropecuaria, riquezas que volvieron al país convertidas en divisas, y crearon una atmósfera de fastuosidad y lujo, para el sustento de una “belle époque” que disfrutaban, por lo general, las clases dominantes de la sociedad.  Pero esos años, se habían terminado, la postura de neutralidad por parte del gobierno argentino ante el mayor conflicto bélico de todos los tiempos le estaba pasando factura.

Francisco nunca perteneció a esas clases dominantes, pero vivía de ellas, los transportaba en su taxi, con la experiencia de muchos años detrás de ese volante, moviéndose por la ciudad porteña con habilidad, veloz, para captar al próximo pasajero.
Taxi Ford Plymouth 1941

 Francisco pudo ser un desconocido para la mayoría, un actor de reparto en la convulsionada historia argentina de aquellos años, pero es indudable, que sus relatos, sus vivencias, lo convirtieron en un testigo privilegiado, una pieza mas del engranaje que movía a la frenética Reina del Plata.

Buenos Aires, siempre inquieta, misteriosa, divertida y deslumbrante, en una de sus caras, pero gris, impenetrable y peligrosa en la otra. No pasa inadvertida. Quien la conoce no  la olvida, la amas o la odias pero jamás la olvidas.  

La tarde caía de prisa en aquel invierno. El viejo empedrado de las calles de La Boca lucían mojados por la leve llovizna, el suave bambolear de los barcos amarrados frente a las cantinas parecían bailar al ritmo del oleaje. Rostros sin forma se percibían detrás de los vidrios empañados de aquel bar que rompía el silencio de la rivera con los ahogados quiebres de un melancólico bandoneón. 

Francisco salió del bar, tras un breve descanso de su jornada laboral, enfundado en un grueso chaquetón negro de solapa hasta las orejas, intentaba protegerse, en vano, de las inclemencias del frío que le cortaban la respiración.
Barquillo de la época para cruzar el Riachuelo -
Puerto de La Boca

Sube rápido a su taxi, fiel amigo inseparable, no sin antes echar un vistazo al enorme Riachuelo, como intentando buscar algo en el horizonte, algo que dejó hace mucho tiempo atrás y anhelaba con ansias. Francisco volvía a casa, en el barrio de Palermo Viejo, junto a su familia, a descansar de un día largo. Buenos Aires no lo hará. Nunca descansa  la Reina del Plata por si algún alma errante la quiere caminar.