
La carrera de Perón hacia la presidencia tenía ya unos cuantos años en su haber. El Coronel, que había nacido en Lobos, Provincia de Buenos, el 8 de octubre de 1895, había ingresado al Colegio Militar de la Nación a los 13 años, donde obtuvo el grado de subteniente de Infantería. Con el grado de teniente, participó en la represión de los huelguistas de los sucesos de la Semana Trágica de enero de 1919.
Fue en 1930 cuando Perón accedió por primera vez a los entretelones del Gobierno y la cúpula militar, acercándose a los grupos cívico-militares que prepararon el golpe contra el presidente Hipólito Yrigoyen, apoyando al ala mas moderada representada por el General Agustín P. Justo. En 1932, al asumir la presidencia Justo, fue designado ayudante de Campo del nuevo ministro de guerra.
Perón y Evita se casaron en 1945. Ese mismo año Perón fue destituido de sus cargos de la Secretaría de Trabajo y Vicepresidencia de La Nación y confinado en la Isla de Martín García.
Entonces mostró Eva su carisma y gran energía para conectar con los sectores nacionalistas del ejército afines a su marido y con los trabajadores que se habían beneficiado de las medidas sociales impulsadas por Perón desde su puesto.
La campaña de agitación social que emprendió culminó el 17 de Octubre cuando miles de trabajadores a los que ella llamó "descamisados" ocuparon el centro de Buenos Aires para exigir la libertad de Perón, en una de las mayores manifestaciones populares habidas en el país hasta entonces. Fue en ese momento cuando dio cuenta de la magnitud de su liderazgo con el pueblo trabajador y comprendió que era momento de presentarse a elecciones.
Francisco Paparatto, mi abuelo, era parte de ese colectivo inmigrante que ayudaba en gran parte a apuntalar la economía de un país que desde principios de siglo se postulaba como el grande de Sudamérica. Él y su familia, que posteriormente sería la mía, formaban parte de una clase trabajadora humilde que con esfuerzo lograban sobrevivir en un país rico y extenso. Francisco rebuscaba esa moneda necesaria al mando de su taxi, recorriendo incansable las calles porteñas en busca de clientes. Sus ojos negros, fueron testigos de buena parte de la política argentina de principio de siglo, cuando llegó desde su Italia natal. Empujado por la crisis europea y animado por sus familiares ya emigrados a Buenos Aires, inició ese viaje que le cambiaría la vida, sin saberlo se había alejado también del escenario de la Segunda Guerra Mundial y de la mano dura de Mussolini. Ya en 1946, contaba con 43 años, casado con Ana y dos hijos, Mariana, la que mas tarde sería mi madre y Sabatino. Ana admiraba a Evita, quizás por su marcado apoyo a las clases mas desfavorecidas y por la pasión que ponía en cada discurso. A Francisco no le gustaba Perón, quizás por la admiración que profesaba hacia el dictador italiano, para ese entonces ya vengado a manos de partisanos antifacistas junto a su mujer, Clara Petacci. Ambos mantenían un hogar humilde siempre con las esperanzas puestas en el mañana, porque el presente era incierto y el pasado, mejor olvidar. Y Perón Ganó, y Argentina cambió para siempre. Pero él no, él no cambió nunca.

En las elecciones de 1946, Perón se impuso obteniendo casi los dos tercios de la Cámara de Diputados, la mayoría de los puestos del Senado y casi todas las gobernaciones provinciales.
Al asumir la presidencia elaboró un plan quinquenal que intentó transformar la estructura económica del país fomentando la industria y estimulando el mercado interno. Paralelamente el estado peronista emprendía una importante política de estatizaciones acorde con una corriente mundial en ese sentido. Pese a las buenas intenciones el peronismo no logró transformar la industria en la principal fuente de ingresos del Estado, cuyas divisas seguían proviniendo de la exportación de granos y carnes. Una difícil situación internacional con mercados cerrados, el fuerte boicot norteamericano contra la Argentina y dos malas cosechas consecutivas obligaron a Perón a replantear su política económica. En 1949, promediando su primera presidencia Perón convocó a elecciones para una Asamblea Constituyente. El amplio triunfo peronista permitió incluir en el texto de la Constitución la reelección del presidente y los derechos del trabajador. Se establecieron también los derechos del Estado sobre las fuentes de energía y el fomento de la intervención estatal en la economía. Esta reforma junto con el voto femenino sancionada gracias al impulso de Evita llevarían a Perón a un amplio triunfo y a un segundo período de gobierno. 
Francisco y su familia, vivían en el barrio de Villa Devoto, en una casa "chorizo", con habitaciones a ambos lados de un interminable pasillo que desembocaba en un gran patio central con una enorme palmera. En el se reunía Francisco con otro paisano italiano, ambos contaban anécdotas sobre su lejana patria, algunas eran ciertas y otras inventadas, sin embargo, eran tan graciosas que apenas importaban aquellos datos inciertos. Francisco tenía mas hermanos, uno de ellos, Genaro, era el dueño de la casa donde vivía. Antonio, mucho mayor que él, Carmela y Mingo, estos dos últimos los que él mas quería. Mingo será muy importante en esta historia porque de él dependerá en gran parte el futuro de Francisco. Hermanos emigrantes, hermanos unidos que añoraban su tierra y sus padres, a los que ya no volvieron a ver jamás. Llevaban la pena de aquel que lo deja todo atrás para empezar un vida nueva, pero la tranquilidad de vivir lejos de la guerra que mataba a sus compatriotas. Sin embargo eran felices en su nuevo hogar, estaban haciendo historia, construyendo un país y al mismo tiempo los cimientos de una gran familia , porque él fue el pionero, su sacrificio y su lucha no quedarían jamás en el olvido.