Los militares y su "ajuste de cuentas".
El 4 de Junio de 1943 las
Fuerzas Armadas derrocaron al presidente Ramón Castillo. El levantamiento
militar designó Presidente de la República al General Arturo Rawson, quien
debido a desacuerdos nunca llegó a asumir la presidencia y fue remplazado por
el General Pedro Pablo Ramírez, quien asumió la presidencia en remplazo del
general Rawson. Había sido Ministro de Guerra de Castillo y contaba con el
respaldo del G.O.U (Grupo de Oficiales Unidos), logia militar que organizó y
ejecutó la revolución de Junio del ´43.
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Ramírez y Rawson |
El gabinete
estaba integrado por nacionalistas, militares y marinos, en su mayoría del
G.O.U. En un comienzo los radicales y algunos sectores de izquierda creyeron
que el nuevo gobierno terminaría con el fraude entregando el poder a los
civiles; al ver sus expectativas insatisfechas pasaron a la oposición.
Se
adoptaron medidas de carácter autoritario: clausura de diarios, intervención a
las universidades, detención de sindicalistas tildados de comunistas,
disolución de los partidos políticos. En defensa de la moral cristiana se
implantó la obligatoriedad de la enseñanza religiosa en las escuelas, se
censuraron ciertas letras de tango y textos.
“La
Era del fraude, ha terminado”.
El 27 de Octubre de 1943 el Coronel Juan Domingo Perón fue nombrado director del Departamento Nacional del Trabajo,
luego convertido en Secretaría de Trabajo y Previsión Social. Desde dicha
Secretaría se otorgaron conquistas sociales al trabajador.
Durante el
gobierno militar se dio un decreto que puso en manos del Estado el control de
la actividad sindical, éste fue derogado al asumir Perón la Secretaría de
Trabajo y Previsión Social.
También en 1945 se sancionó una regulación de las
Asociaciones Profesionales sobre el reconocimiento a éstos últimos; se dictaron
estatutos a favor de ciertos gremios, se impuso convenios colectivos
beneficiosos para los trabajadores y la C.G.T. se reconstituyó sobre la base de
sindicatos adictos a Perón. Al concurrir al sindicato, los obreros pidieron
obtener beneficios lo cual estimuló la afiliación.
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Perón el día de su Asunción al cargo |
Luego de
asumir ambos cargos, Perón recorre el país, pronuncia discursos que se difunden
obligatoriamente por todas las radios y toma contacto con los trabajadores. Especialmente
importante es el discurso con el que inaugura, en la Universidad Nacional de la
Plata, la cátedra de defensa nacional y el mensaje que dirige al país a fin de
año, en el que acuña una de sus frases mas conocidas: “La era del fraude ha
terminado”.
Una
mala jugada de Ramírez nombra a Farrell presidente.
El
neutralismo sostenido frente a la Segunda Guerra Mundial no podía ocultar su
simpatía por el Eje, cuyo triunfo del gobierno de Ramírez juzgaba beneficioso
para que Argentina se convirtiera en líder del Continente americano. El gobierno de facto, presionado por Estados
Unidos tiene que romper las relaciones con el Eje el 26 de enero de 1944,
medida que le costó a Ramírez el cargo, al entrar en desacuerdo con Estados
Unidos.
El 1 de marzo de 1944 asumió la presidencia el General Edelmiro J.Farrell, dispuesto a abandonar el neutralismo si los sucesos bélicos preanunciaban el éxito aliado.
El 27 de marzo de 1945, cuando ya se evidenciaba
la derrota del Eje, el gobierno argentino le declaró la guerra a Japón y
Alemania. Uno de los artífices de esta decisión, que provocó el desagrado de
los nacionalistas, fue el Coronel Juan
Domingo Perón, quien si bien había participado en el gobierno desde la
revolución del ´43, acrecentó su poder durante la presidencia de Farrell. Además del desempeño en la Secretaría de
Trabajo sumó el cargo de Ministro de Guerra y de Vicepresidente de la Nación.
El 1 de marzo de 1944 asumió la presidencia el General Edelmiro J.Farrell, dispuesto a abandonar el neutralismo si los sucesos bélicos preanunciaban el éxito aliado.
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Edelmiro Farrell |
Mientras
tanto, los argentinos siguen apasionadamente las últimas etapas de la Segunda
Guerra Mundial, que ya se avizora como pérdida para el Eje, aunque ignoran que
el final de la contienda será determinante en la política local. Y aunque los
partidos políticos están formalmente disueltos, la actividad opositora crece en
forma sostenida.
Francisco,
mi abuelo y testigo de estas ajetreadas épocas, peinaba sus 41 años con una
mano y con la otra conducía ágil su Ford Plymounth del mismo año por esas
calles porteñas que ya las sentía suyas de tanta transitarlas. Llevaba casi
veinte años en Argentina pero su acento italiano seguía firme en cada una de
sus palabras. La Era peronista, no sólo significaba el cese de la Década Infame, sino también una victoria a favor de los trabajadores en una época de
transiciones muy duras. Francisco no se detenía en los detalles de la vida
política, no la entendía, él sólo entendía de pasajeros transportados y el
dinero ganado a fin de mes. Francisco era un tipo de carácter recio, serio
cuando era necesario y bromista por momentos. Un tipo de los de antes, de la
mujer en la casa y el hombre trabajando. Pero si algo era mi abuelo, era un
laburante y fiel testigo de aquellos tiempos políticamente convulsos. Sin
embargo, a Francisco no le gustaba Perón, básicamente porque no le gustaban los
militares, quizás, por el doloroso recuerdo de su Italia de Mussolini y la
Segunda Guerra. Por lo contrario, Ana, mi abuela, adoraba a Evita.
Por
culpa de un terremoto, Perón conoció a Eva.
El 15 de
enero de 1944 a las 20:45, un terremoto destruye la ciudad de San Juan causando
más de siete mil muertos, doce mil heridos y la virtual desaparición de la
edificación constituyen el saldo del movimiento sísmico.
De inmediato, se organizan el socorro a los damnificados y el coronel Perón toma a su cargo la campaña solidaria que en pocas semanas logra recaudar más de doce millones de pesos. El gobierno promete que la histórica ciudad será reconstruida. y Efectivamente así se hace aunque las tareas llevan varios años hasta su terminación. Es con motivo de la gran colecta que se realiza que Perón conoce a la actriz Eva Duarte, con quien establece una relación sentimental que pronto trasciende al público y, sobre todo, a sus camaradas del ejército que, en general, ven con disgusto ese romance.
De inmediato, se organizan el socorro a los damnificados y el coronel Perón toma a su cargo la campaña solidaria que en pocas semanas logra recaudar más de doce millones de pesos. El gobierno promete que la histórica ciudad será reconstruida. y Efectivamente así se hace aunque las tareas llevan varios años hasta su terminación. Es con motivo de la gran colecta que se realiza que Perón conoce a la actriz Eva Duarte, con quien establece una relación sentimental que pronto trasciende al público y, sobre todo, a sus camaradas del ejército que, en general, ven con disgusto ese romance.
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Perón y Eva |
A mediados
de 1944 se sancionó el Estatuto del Peón Rural, que aseguró salarios mínimos,
permanencia en el empleo y cobertura sindical a los trabajadores del campo.
1945.
La rendición de Alemania y Japón y el fin de la guerra.

Luego, se produce el lanzamiento de dos bombas atómicas, una, Litle Boy, sobre Hiroshima, el 6 de agosto de 1945 y otra, Fat Man, sobre Nagasaky el jueves 9 de agosto, lo que obliga a Japón a rendirse. Con estas medidas se da por terminada la Segunda Guerra Mundial y se abre una nueva etapa internacional que tiene hondas repercusiones en nuestro país.
El gobierno
argentino, cuando declaró la guerra a Alemania y Japón en un gesto vergonzante,
consiguió también algo indispensable para que nuestro país pueda firmar el Acta de Chapultepec e integrarse a las Naciones Unidas, el nuevo organismo
internacional que en adelante velará por la paz mundial. La oposición se torna más agresiva con el
gobierno militar y especialmente con Juan Domingo Perón. Las universidades
recuperan su autonomía y también se convierten en centros de oposición. Acosado por todos los frentes, el Presidente
de facto Edelmiro Farrell, levanta el estado de sitio en agosto, lo que permite
grandes manifestaciones opositoras. A
fines de septiembre, un movimiento militar contra el gobierno es abortado en
Córdoba, lo que le sirve como pretexto a Farrell para reinstaurar el estado de
sitio, ocupar todas las universidades y practicar numerosas detenciones.
El 9 de Octubre de 1945, la guarnición de Campo de Mayo le exige a Farrell el alejamiento de Perón de todos sus cargos (vicepresidente, Ministro de Guerra y Secretario de Trabajo). Los militares, molestos con el poder acumulado por este coronel populista que además se casaba con una actriz decidieron su destitución de dichos cargos. El presidente acepta y ordena la detención de Perón en la isla Martín García el 11 de octubre. Pero un inesperado movimiento popular avanza sobre Buenos Aires el 17 de octubre de 1945.
La gente ocupa la Plaza de Mayo y exige la liberación de Perón ante lo
cual el gobierno de facto decide trasladarlo al Hospital Militar Central en la
Capital Federal. Las masas obreras exigieron a Farrell la presencia de “su”
coronel, éste entonces, se vio obligado a ceder para calmar a la multitud.
Una vez en libertad, Perón habla desde la Casa Rosada anunciando su retiro del ejército y su lanzamiento a la acción política. Semanas mas tarde, después de su casamiento con Eva Duarte, se dedica a la creación del Partido Laborista. Esta agrupación y la disidencia radical, llamada UCR junta Reorganizadora, apoyarán su candidatura presidencial.
Una vez en libertad, Perón habla desde la Casa Rosada anunciando su retiro del ejército y su lanzamiento a la acción política. Semanas mas tarde, después de su casamiento con Eva Duarte, se dedica a la creación del Partido Laborista. Esta agrupación y la disidencia radical, llamada UCR junta Reorganizadora, apoyarán su candidatura presidencial.
A fin de
año, el gobierno sanciona el decreto 33.302 que establece un aguinaldo para
todos los trabajadores, medida que algunos empresarios resisten si éxito. Además,
sanciona un decreto ley por el que se extienden los beneficios de la jubilación
y pensión para todos los empleados de comercio y afines.
Mientras
tanto, Estados Unidos, continuando con sus presiones sobre el gobierno militar,
dispone la congelación de las reservas de oro argentinas y retira a su
embajador en Buenos Aires, actitud que es imitada por los gobiernos de los
otros países latinoamericanos, con lo que Argentina queda en un virtual
aislamiento diplomático. Sin embargo, esta sanción no afecta la marcha de la
economía, basada en la actividad de miles de pequeñas empresas que tratan de
sustituir las importaciones que ya no llegan y las ingentes exportaciones de
trigo y carne a los países aliados, lo que acumula créditos, por ahora
bloqueados a favor de la Argentina.
Argentina,
había salido de la Década Infame y transitaba ahora la Era Peronista. Millones
de personas se ilusionaban con la candidatura de Perón, el líder de masas
obreras, capaz de movilizar a un millón de personas hasta la Plaza de Mayo y
mandarlos a casa a descansar luego de un discurso que pasará a la historia en
aquel 17 de octubre de 1945.
Sin
embargo, también se sucedían las primeras manifestaciones masivas
anti-peronistas que fueron organizadas por el movimiento estudiantil bajo el
lema de “abajo la dictadura de las alpargatas”, a las cuales, las
manifestaciones obreras que apoyaban las leyes laborales que iba promoviendo
Perón, contestaban “alpargatas sí, libros no”.
Mientras tanto, Francisco, mi abuelo y mi
excusa para narrar esta historia, iba construyendo la suya propia a base de
trabajo duro y un sueldo que alcanzaba con lo justo, cuidando a su manera, de
sus hijos y su mujer, Ana. Ni él ni nadie serían capaces entonces de imaginar
los años venideros, pero lo cierto es que entre los años 1941 y 1946 la clase
obrera industrial había crecido un 38%, pasando de 677.517 a 938.387
trabajadores. Francisco no pertenecía a esa clase obrera pero desde luego que
indirectamente se beneficiaría.
El 8 de
diciembre de 1945, la Unión Democrática reunía en un acto aproximadamente
300.000 personas.
La figura referencial era Roque Saenz Peña y el lema del acto era: “Por la libertad contra el nazismo”.
Cabe recordar que el embajador norteamericano Spruille Braden, en un documento
(El Libro Azul) acusó al gobierno argentino y a Perón de nazismo y fue
difundido en diarios. La Unión Democrática hizo suyas esas denuncias. La
respuesta de Perón fue: “Braden o Perón”. Este dilema significaba la Unión
Democrática y la injerencia yanqui por un lado o la defensa de los intereses
nacionales, contra el imperialismo, de la mano de Perón.
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Spruille Braden en Buenos Aires |
Faltaban
algunos meses aún para que Perón se convirtiera en Presidente de la República
por primera vez y transformar la política y la vida de los argentinos para
siempre, pero esa, sin dudas, es una historia que merece un capítulo aparte por
lo que representó y representa actualmente para la sociedad argentina.
El País crecía
a la par que sus fábricas, se modernizaba y soñaba con ser el mejor de
Sudamérica. Era indómito, por momentos convulso pero exudaba arte y cultura por
varios puntos de su extensa geografía pero especialmente en su Capital y en una de sus avenidas
más famosas. Corrientes, esa avenida de neón, repleta de pizzerías, teatros y
librerías que invitaban al entretenimiento ininterrumpido.
Para Francisco, esa
zona porteña era como un gran estanque lleno de peces y su taxi el señuelo. A
su paso, las luces de la avenida teñían de colores su Ford Plymouth.
Para
muchos, la noche iba muriendo en alguna copa de licor, en el inconfundible
quiebre de un bandoneón o en alguna representación del Teatro Odeón. Francisco,
sin embargo, merodeaba la gran avenida a la espera de devolverlos a la realidad,
aunque sólo sea por una noche más.